Nadie sabe el momento o la razón que apaga la llama de una o varias vidas.
Un crió que cruza a destiempo, un conductor que se duerme, una llamada inoportuna, un cruce de reproches, una súbita enfermedad, vejez, homicidio, guerra, accidente, cualquier hecho absurdo propicia que la tijera corte el hilo de una o muchas vidas sin que tengamos explicación para ello.
Por que yo? suele ser la pregunta cuando no estamos preparados para el adiós, y casi nunca el tiempo vivido es suficiente para quien se agarra a la vida o desea la vida para los seres que ama.
Y tu? te agarrabas o no?.
Quien lo sabe, pero hace dos años se hizo evidente que no había llegado el momento de rendir cuentas e inexplicablemente te agarraste a la vida y comenzaste a salir del negro pozo en el que estabas inmerso.
No era tu turno, y rogaste a Dios que te sacara de la absoluta oscuridad en el que un tratamiento médico te había sumergido.
Morir o curar, cual era el propósito?, no puede haber explicación o motivo, era así y siempre la confusión de una muerte repentina, la de un amigo o un ser querido, nos sume en el desconcierto común a millones de seres que se preguntan sobre su destino, el de los que aman o el por que de lo que sucede a su alrededor.
Guerras, destrucción, miseria o muerte para unos y riquezas y buen vivir para otros.
No obstante el final es común a todos......nuestras vidas son los ríos que va a parar al mar, que es el morir, y allí llegan ricos y pobres, poderosos y humildes.
La muerte nos iguala a todos en pocas horas, restos que se descomponen y al final son cenizas o polvo.
Demasiadas preguntas sin respuesta, nunca hay respuestas ante una muerte inesperada de un ser querido, y de la nuestra que?. Nada, una vez que llega ya no queda ni un segundo para recapacitar.
Se nos acabó el tiempo y ni todo el oro del mundo compra un minuto más de vida consciente para arrepentirse del mal que hemos causado, o por el desperdicio de días, meses, años, sumidos en problemas absurdos e insignificantes.
Por que no aproveché mejor mi vida, sería la pregunta a hacernos si nos dieran una segunda oportunidad. Pero no la hay, al menos en el mundo que conocemos.
No era tu caso Emiliano, no era temprana, no era ya inesperada para ti, pero te aferrabas al hilo y luchaste para que Dios te sacara del túnel de oscuridad e incertidumbre.
Por que o para que?. Ni tu mismo lo sabes, podría ser que tenías aún cosas que hacer?, tenías que seguir al lado de tu esposa, seguir cuidándola, escribir, viajar?.
Visitar ciudades que te hubiera gustado ver, o simplemente estar ahora aquí escribiendo estas reflexiones sobre vida y muerte.
Afortunado tu que puedes hacerlo, mirar en tu interior y darte cuenta de lo que realmente importa.
Enigma indescifrable para todos, no era tu hora y seguiste respirando con la ayuda de personas que te amaban y deseaban tu curación.
Gracias Dios mío, pensaste, hombre descreído, agnóstico que se acuerda de lo infinito, de su Dios, cuando sufre y no sabe a que o a quien recurrir para que le saque del pozo, del sufrimiento o la desesperación que se siente cuando la vida no tiene atractivo alguno.
Ese eres tu, inseguro y doliente como todos los que se ven ante una situación de desesperanza absoluta.
Dios mío, sácame de esta situación, rezaste, y funcionó, te sacó mucho antes de lo previsto.
Con tesón, con lucha, con ayuda de tu querida Isabel que se esforzó día tras día en sacarte adelante.
Empezaste a poner peso, a sentirte mejor, a olvidar tus dudas, tu profunda tristeza, tu desinterés por la vida, y nuevamente comenzaste a escribir, a ver alguna serie en la televisión, a permitir que los que te rodeaban hablaran en voz alta y pudieran expresar sus opiniones sin censura o malas caras de tu parte.
Una amiga, Meli, me comentaba que la miraba con cara de odio cuando trataba de animarme cada jueves que acudía, y acude, a casa desde hace años.
Buena y querida amiga que sufrió mis miradas asesinas cuando me decía algo para sacarme del marasmo mental en el que estaba sumido.
Retomaste tu Blog de una forma febril, a partir de Enero o Diciembre del 2013, nuevas ideas que contar, nuevas series o películas que ver, algún proyecto de viaje, por fin levantaste la persiana de la vida y nuevamente la luz entró a raudales en la casa y en tu mente.
El túnel oscuro iba iluminándose según transcurrían las semanas, e inexplicablemente en tres o cuatro meses notabas la mejoría.
Por que?.
No hay motivo ni explicación, no era tu hora y Dios te permitió rectificar aspectos de tu vida con los que no te sentiste cómodo ni tranquilo.
Cuales?.
Mejor recordarlos en otro momento, ya que algunos que pueden leerte se aburren con esta historia común y frecuente para cualquier humano que se atreve a venir al mundo sin que nadie le pida opinión.
Aquí estamos y nos toca vivir, sufrir, disfrutar y finalmente morir, sin que nadie nos explique las razones para todo ello.
Ahora solo se me ocurre pensar y sentir, gracias Dios mío, obraste un milagro?.
Seguro que si, pues no era mi hora.
el gatufo
No hay comentarios:
Publicar un comentario