viernes, 2 de octubre de 2015

EL DESASTRE





A salvo por hoy pienso, según abro la puerta y escucho las voces de Gloria, Cuca y el niño. 
Será posible, ya está diciendo algo el pequeño, no quiero entrar y asustarle. 
Si lo hago seguro que se callará, así que entro en silencio, agarro a Gatufo que me está esperando y me voy con el al estudio donde tengo mis cosas.
Deposito en el suelo, con cuidado, las compras e inmediatamente mi gato comienza a oler las bolsas. Siempre quiere enterarse de todo lo que entra en la casa y no parece contento teniendo un crío dentro de ella.

Me esperaba pegado a la puerta de la calle y enseguida se ha tirado al suelo para que le rasque la barriga.
Que suerte tienes Gatufo, pienso, tu no te enteras de nada de lo que está pasando ahí fuera.

Pongo la radio, y trato de sintonizar alguna emisora del otro lado del Atlántico. 
Al fín, creo entender que es Saint Paul, en Minnesota, USA, están dando noticias de lo que ocurre en Canadá. 
Dicen que el desastre no ha sido tan enorme en las remotas regiones de la British Columbia, parece ser que grandes bosques de las Rocosas se están salvando hasta el momento del desastre.

Alaska también está a salvo, dicen, recomiendan que la gente permanezca en sus casas, dentro de sus ciudades,  y no se precipiten hacia las regiones que aún conservan los árboles.
Piensan que si se cuidan reservas de la floresta, posteriormente se pondrán volver a trasplantar, lo que sería una muy buena opción para intentar salvar el planeta.

Buenas noticias, ¿que digo buenas? son maravillosas noticias que me suben el ánimo como nadie puede imaginar.
El mundo no se acaba hoy, Dios es misericordioso con el genero humano después de todo y no quiere borrarlo de la faz de esta tierra aunque lo merezcamos.

Hace dos años mi fe había desaparecido del todo desde no recuerdo cuando, era un agnóstico convencido de años, después de pasar una severa depresión mi mente y mi espíritu dieron un giro de ciento ochenta grados y ahora si creo, o al menos lo intento con fuerza un día tras otro.

Siento que Dios está ahí y nos escucha, a pesar de que no lo creamos o no nos sintamos solidarios a este sentimiento de fe.
Escuchando esta noticia una profunda alegría se
va extendiendo dentro de mi. 

No todo está perdido para el hombre, ¿aprenderemos alguna vez a no maltratar esta tierra que nos acoge?. Esto será un aviso definitivo, ojala lo sea, y tengamos una segunda oportunidad.
Me esfuerzo por contener mi alegría y no dar falsas esperanzas a mi gente. 
Canadá o Alaska están muy lejos, y quien me dice que dentro de unos días ¿no estarán igual que Europa?.  
Calla, no seas pesimista, me digo,  y piensa que no va a ser el fin de todo.

Voy a ver a Cuca, Gloria y el pequeño. Se escucha la televisión y permanecen muy callados.

Cuando llego veo que están dando justo la noticia. 
Hay masa forestal en algunos lugares, dicen, 
Confían que en otros remotos sitios de la tierra puedan conservarse árboles, y recomiendan que no perdamos la calma ni la esperanza. 
Es una crisis que pasará, dicen, aunque no saben cuando.

De momento el "toque de queda" sigue vigente para mañana en toda Europa y recomiendan no salir a la calle. 
Los soldados y la policía tienen órdenes precisas de no permitir circular a nadie que no tenga en regla el permiso. Si ocurre alguna urgencia recomiendan llaman por teléfono a emergencias y esperan, no salir por ningún motivo, esperaren a que alguien acuda a la llamada.

Nos miramos, sonreímos con alivio y la esperanza se extiende entre nosotros como un suave y confortable manto que nos consuela.
Hasta el pequeño sonríe a su madre y la abraza con fuerza. 

Ya es hora de que tomemos algo y nos acostemos, mañana será otro día pienso, un día nuevo tras esta pesadilla.

Gloria se une a mi en la cocina y me pregunta si deseo que ella prepare la cena.
Con un infinito alivio le digo que si, que por favor ponga lo que se le ocurra y le indico donde guardo las provisiones.
No hace falta que le diga que sea austera con las raciones, nos tienen que durar lo más posible, ella lo sabe de sobra y pienso que hará lo correcto.

Voy preparando la habitación para ella y su hijo, seguro que estarán muy cansados y confirmando mi pronóstico en cuanto cenamos se retiran al cuarto.

Nos quedamos solos Cuca, Gatufo y yo, el minino se me sube encima como siempre hace e inmediatamente se queda dormido encima de mis piernas.

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